viernes, 8 de diciembre de 2017

ORIGEN DEL TEATRO (YO ESTUVE ALLÍ)



1.
Nos reunimos cada año a celebrar las Fiestas de Dionisio. Las fiestas del dios del vino, la locura y el éxtasis nunca están exentas de ello, y como somos unos jóvenes algo alocados este año no nos las vas vamos a saltar. Tenemos muchas ganas de reír, bailar, jugar y sobretodo… cantar, todo sea por el dios. Pero antes de divertirnos tenemos que hacer los sacrificios pertinentes a Dionisio, así que me voy a dirigir hacia el templo para rendir mis respetos y mostrar tributo.

2.
Hemos quedado en la plaza de Lequeo y como siempre Artemis llega tarde porque viene desde el Peloponeso. Somos un grupo de ocho personas que queda para pasarlo bien cantando. Es costumbre sentarnos en círculo y con sacos de maíz en el suelo y para no molestar nos ponemos en una esquina. La mayoría de veces cantamos poemas nuestros y buscamos el ritmo según la letra. Para darle más dramatización los chicos se visten con himatión, esa pieza larga semicircular que descubre parte del hombro, y las chicas nos ponemos el peplo jónico, que es un trozo de lana larga que deja descubierto los hombros y se recoge por el cuello. Así pues, empezamos a cantar.

3.
Estamos sentados en círculo. Esperamos la gran conclusión de Ajax, no me sorprendería que fuera una absurda tontería como todas las que dice. No entiendo como Dysis puede estar tan loca al enamorarse de él. Mientras que Ajax nos prepara para la sorpresa, también esperamos al ‘puntual’ de Damon, que ha avisado que va con retraso, como siempre.
Esperamos unos largos quince minutos en este pútrido garaje de carros de Erasmus, que, pobre, ya que nos deja el garaje para cantar. Ajax da vueltas sobre sí mismo, nervioso sin parar de hablar solo, Damon llega, disculpándose. Como siempre.
Estaba completamente equivocado. Ajax tenía razón. ¡Formaremos un coro!
Estoy eufórico abrazando a Ajax y le digo que es la mejor idea que ha podido tener en toda la historia de toda Grecia.
Ahora me encuentro alzado en una silla, que parece que se vaya a romper en cualquier momento pero la alegría me impide bajar de esta nube en la que me encuentro.
Ahora me toca a mi hablar:
—Compañeros ha llegado nuestro momento, el de poder dedicarnos a lo que de verdad nos gusta, sin tener que soportar a nuestros padres en los negocios familiares que repudiamos. Es nuestro momento de salir a las calles para demostrarle a todo el poblado, que los griegos jóvenes sabemos hacer cosas, vamos a hacer historia.

4.
Hoy estoy eufórico, por primera vez en mucho tiempo nuestra polis participara en el concurso de Delfos, el más glamuroso e importante de toda Grecia.
    Gracias a Corifeo, nuestro director, invento hecho por él, empezó todo, sus cantos brillantes e impresionantes, que son una innovación, seguro que ganaremos esta año y arrasaremos con todo, eso sí, tendremos que esforzarnos y trabajar duro, ensayar mucho y constantemente para destacar sobre los demás, pero este año es nuestro y por fin cumpliremos nuestro tan anhelado sueño

5.
Tespis piensa introducir un solista. Está confuso, no sabe si será una buena idea. Piensa que puede fracasar, pero tiene que hacer algo para que su coro resalte más que los demás.  Hasta el momento a nadie se le ha ocurrido introducir un solista, Tespis es el primero en hacerlo.
Esa tarde todo el coro está ensayando en el bosque de las dríadas. Tespis aplaude fuerte para llamar la atención de los componentes del coro, ellos se giran de golpe. Tespis camina hacia ellos y se detiene frente a Eugene, un nuevo componente del coro. Eugene es un muchacho alto, con un cierto atractivo. Tespis le coge de la mano y lo lleva delante de todos, ya que Eugene está casi siempre atrás; entonces Tespis lo felicita:
—¡Felicidades eres el nuevo solista del coro!
Eugene le mira dudoso, no sabe lo que es ser un solista. Tespis se lo explica. A Eugene le parece un buena idea pero arriesgada. Tespis no se deja influir por la inseguridad de Eugene, sigue adelante con su nuevo proyecto.
Llega la noche y el coro se prepara para salir a cantar delante de todos.  La situación empieza normal, como siempre, entonces de pronto Eugene canta en solitario, la gente se queda muda sin aplaudir, con cara atónita. De pronto todos ríen y empiezan a aplaudir. Les gusta. Tespis está feliz, ríe y aplaude. Está aliviado, su plan ha salido bien.

6.
Tespis sigue queriendo más, le hace falta un método nuevo para llamar la atención. Pide sugerencias para hacer evolucionar el coro y su forma de cantar. Me siento algo confusa, nos exige dedicación y no puedo concentrarme.
Estamos en en descampado ensayando la canción “kardio”, con un ardiente sol y el viento ausente. El lugar donde estamos es bastante pequeño y por eso nos sentimos algo apagados. Tespis se empieza a poner nervioso y se duerme en la arena junto a un árbol donde el sol no toca. Sigo confusa.
Dentro de poco tiempo se levanta emocionado y todos de repente olvidaremos lo que estábamos haciendo y nos giraremos hacia Tespis.
—Vamos a sorprenderlos. Me hace falta el solista; que el solista se encargue de dar el paso.
Tespis comenta su obra maestra que en nada se convertirá en otro éxito. Empieza a mover a su gente de lado a lado por la orquesta, como si fuéramos unos juguetes. El solista está al medio, y Tespis le gira mirando hacia el coro.
—Solista, habla al coro.
El solista empieza a hablarles y de repente surge un diálogo entre ellos.
—¡Tespis, eres un genio!— se dice a sí mismo Tespis hablando en tercera persona.

7.  
Durante el canto, en la segunda parte, no oía bien al solista, le di un golpecito en el hombro y se dio la vuelta. Le hice un gesto para decirle que no escuchaba lo que cantaba y que se quedara mirándonos a nosotros, que así lo haríamos mejor. Miré  a mis compañeros y con la cabeza aceptaron mi idea. El solista se quedó en esa posición durante el canto, era cómoda para él. El público, confundido por el nuevo cambio, de pronto cogió los bancos y los sacos, los movió al otro lado del terreno. Entre todos ajustan los bancos, se suben unos sobre otros y alzan la cabeza para ver el rostro del solista.   

8.
Llegamos al descampado, teníamos prisa para ver el acontecimiento que todos los años nos fascinaba. La gente quería acomodarse para poder ver el espectáculo. Cada uno llevaba su saco, algunos hasta acarreaban pesados bancos y escaleras para poder gozar del talento de los cantantes. Cada año era más caótico, el desorden aumentaba hasta límites inimaginables, la gente se amontonaban unos encima de otros, hasta que la precaria estructura formada hasta entonces se derrumbó y dejó tras de sí un panorama desolador.

9.
Solo nos falta ensayar los últimos retoques de la obra, antes de tenerla lista para el concurso de teatro en Atenas. Estamos preparando una obra de Esquilo: Los siete contra Tebas.
Somos un grupo que nos gusta cantar y disfrutamos de la compañía mutua. La verdad es que todo esto es nuevo para nosotros, es la primera vez que nos presentamos para concursar. Todos estamos muy nerviosos, no sabemos cómo saldrá el resultado final.
Esquilo está en las gradas, no sabemos si estará orgulloso de nuestra creación. Con su pelo rizado y su barba descuidada nos da ánimos para que salgamos con fuerza al escenario. Ya es la hora de empezar, ya llega el gran momento.

10.
Hoy es el día en que presentaremos nuestra obra en el teatro de Epidauro. Una vez llegamos al nuevo recinto todos los miembros del grupo, observamos que el escenario se encuentra sobre una explanada, y las gradas hábilmente colocadas sobre una pendiente. Desde la parte superior de las gradas se ve el pequeño escenario, y alguien en el centro, que grita, y para nuestra sorpresa le oímos perfectamente.
Los espectadores se acercan, y se van sentando en la piedra. Algunos nos dan ánimos, mientras cada uno de nosotros se coloca en su lugar. Las vistas desde el escenario son impresionantes, porque veo a tanta gente observando la obra y recuerdo cuando solo éramos un grupo pequeño cantando en la calle. 

***



AUTORÍA
1
LLUIS
2
YOHANA
3
ESTEL
4
JAFRY
5
MARÍA
6
RUTH
7
NESRIN
8
MARTINA
9
BERTA
10
JORDI




miércoles, 6 de diciembre de 2017

GILGAMESH APÓCRIFO (2017)





GILGAMESH APÓCRIFO
Poema colectivo |  Literatura Universal  |  2017 dC
________________________________________


Tablilla I

Entre las montañas, un gran nombre resuena,
Gilgamesh, el majestuoso señor.
Un gran nombre se repite entre la ciudad,
Como toro, impone a sus inferiores
Como león, guía a sus súbditos
Al igual que la serpiente, se hace llegar

Nacido entre las mareas del mar Oceánico
Fuerza y sabiduría acogió,
Gilgamesh, el rey.
Un gran nombre se repite con grandiosidad entre la ciudad
Mitad dios, la otra humano
Nacido entre las mareas del mar Oceánico
Hijo de Neptuno, primogénito de Salacia
Su fuerza no se iguala


Tablilla II

El héroe es un gran hombre,
ni muy moreno ni demasiado blanco.
Tiene la piel en tono canela.
El héroe es un gran hombre.

Su cara es dulce e imponente,
te intimida, en cuanto clava sus ojos verdes en ti, sus pestañas
te envuelven, sus cejas pobladas
te hacen sentir pequeña.
El héroe es un gran hombre.

En sus muñecas se le marcan las venas,
dejando ver que tiene fuerza en los brazos.
Tanta fuerza que hasta un león podría derrotar.
El héroe es un gran hombre.

Su pecho no estaba cubierto de vello,
tan solo por una fina capa de aceite.
Sus piernas son fuertes y largas,
el héroe es un gran hombre.
El héroe es la personificación de la perfección.


Tablilla III

El violento y grande guerrero, rey de otra ciudad.
Hijo de la diosa de la guerra  y de la fertilidad, Anat.
Su fuerza es cuantiosa y al verla intimida
Punzante es su lanza, pesada y deslumbra su armadura
Se compara a la de un robusto elefante.
Su valor y osadía junto a su fuerza viril lo convierten  
en un general intrépido de temeridad ciega
y su sabiduría nunca ha sido vista nunca en el mundo,
cuando luce su yelmo encrestado es la señal de guerra.
Punzante es su lanza, pesada y deslumbrante su armadura
Avista al gran héroe Gilgamesh se acerca y el héroe le reconoce
«Hijo de la diosa de la guerra  y de la fertilidad, Anat
Mkondo violento y grande guerrero, rey de otra ciudad
qué es lo que buscas en esta mi amurallada y fortalecida ciudad?
¿Acaso no te das cuenta de que solo entrar en mi región
tu vida en peligro pones?» dijo el gran héroe.
«Vengo a esta tu nación a desafiarte.
No logré igualar el divino poder de tu madre
y me derrotó. Tú serás mi próximo reto.
Las malas lenguas dicen que nuestro poder es similar,
te pondré a prueba y tu brazo daré a torcer».
Gritó Mkondo, el valeroso y osado guerrero intrépido.


Tablilla IV

Con gran fuerza se abalanza,
y su arma sostiene firmemente.
Punzante es su lanza, pesada es su armadura
«No soy yo a quien buscas»
Pero Mkondo no lo escucha, no le hace caso
Le posee la locura, le ciega la ira.
El héroe se tapa con su escudo de reluciente oro
Pero como si de barro fuera, es partido en dos,
Bloquea la lanza con su mano y aparta a su enemigo.
«Herirte no es mi objetivo, compañero,
Pero si esto es lo que quieres, lucharé»
«No podrás engañarme» grita Mkondo
Mientras dirige su lanza al corazón del héroe
Un golpe a su brillante armadura frena el ataque.
Pero sin rasguño alguno se encuentra,
Punzante es su lanza, pesada es su armadura.
Ambos chocan sus puños, mostrando su enorme fuerza
Y Mkondo cae derrotado, y acepta lo que dice su enemigo
Clava la dura lanza en su pecho. La baña de sangre.
El héroe prosigue su viaje...


Tablilla V

El rey Gilgamesh, sudado, con manchas de sangre,
En el río Éufrates. Se lava.
Escucha un ruido. Un chasquido.
Los pájaros pían revoloteando.
Mira a la derecha, mira a la izquierda,
en medio, ve a la Diosa.
Oh bella dama, quién sos
Se esconde.
detrás de los juncos, lo observa.
Oh dulce princesa, no temas.
Soy tu rey.
Quisiera gobernar tu corazón.
Ella, se acerca. El agua murmulla a su alrededor.
Y le susurra al oído:
-Perdone su majestad, he de irme.
Se viste, al lado un zorro.
Destápate, cómo la serpiente muda su piel
desciñe tus senos, cómo la rosa florece,
Para que seas mía.
Sólo mía.


Tablilla VI

Una bestia majestuosa y desenfrenada
transmite miedo entre el pueblo.
Camina suelto como si nada
Corriendo hacia su objetivo

La bestia está desenfrenada
cejando la mirada
enfurecido mata a lo vivo.
Lo vivo nunca acaba.

La bestia es majestuosa
tanto como el rey y Enkidu.
Tan grande como la rocosa
tan limpia como los dioses.

Desenfrenado está el mortal,
al morir también tendrá que moverse.
Corre hacia el objetivo
a la velocidad de la luz

Majestuosa y desenfrenada es la bestia
descrito como un animal,
nadie le cree como persona
nadie le quiere como persona.


Tablilla VII

Gilgamesh, estremecido por los chillidos de la bestia,
Se asoma hacia su destino.
Al ver esa monstruosidad,
Se plantea por primera vez dejar de lado su futuro oscuro.
¿Debería irse para estar a salvo?
¿O simplemente hacer justicia?
Decidido fue con dignidad y plantó cara.
La negra sombra vino,
La negra sombra vino hacia él.

Sobresaltado por el retumbar del suelo,
pasa esa monstruosidad,
Gilgamesh cada vez más valiente,
El monstruo cada vez más y más gigantesco.
¿Pero quién era?
Al no tener pies para clavar su espada,
Se descoloca,
Al descolocarse le da una oportunidad para que aquello lo embista.
Gilgamesh tumbado en el suelo por el impacto,
Sus labios empiezan a hincharse con intensidad.
Paralizado por el miedo,
Pierde la noción del tiempo.

Cuando pensaba que su tiempo había acabado,
Algo asombró a la bestia
Y huye despavorida
¿Qué debería de ser eso?
¿Más problemas?
De repente se siente con mucho cansancio.

Al despertar todo acabó,
Al despertar todo acabó, pero no era él mismo.


Tablilla VIII

Llegué para quedarme una temporada.
Para que la vida me envolviera con su luz.
¿Cuándo vendría a por mí?
¿Cuánto tiempo me quedaba antes?
Para alejarme de esa luz y
conducirme hacia la oscuridad.

No quiero oír vuestros sollozos,
causados por mi ausencia.
No quiero sentir en vosotros
la pena por mi viaje, con la oscuridad.
Porque al ser libertad    
no le temo a  la muerte.

Marcharé en paz y feliz.
porque sé que mi recuerdo no morirá,
si en vosotros sigo presente.
Me voy lejos, me voy en vuelo,
para olvidar que no volveré a vivir
en esta tierra que me vio luchar.


Tablilla IX

El pueblo de Hareb le llora, durante 40 días y 40 noches
La esperanza se marchita y la luz se desvanece
La doncella con la voz quebrada se acerca a su cripta
Oh, qué fue del heroico Gilgamesh,
que derrotó a la monstruosa bestia de los bosques
Salvador del pueblo de Hareb y muerto en el camino.
¿Por qué los dioses han sido tan crueles?

Los desgarradores sollozos de la doncella bañan la làpida
Las lamentaciones de la bella mujer inundan de tristeza el màrmol
y bajo la oscuridad de la noche las criaturas de la noche se reúnen
Se congregan para regocijarse de la muerte de Gilgamesh
Hareb está sumergida por la temible oscuridad
y sin el héroe que los salvó, la ciudad está condenada

Un destello ilumina el cielo, la doncella inmediatamente cesa de llorar
Una estrella desciende lentamente hacia la cripta
y la luz iluminó otra vez Hareb por unos segundos
La doncella se inclina ante la figura que descendía de los cielos
-Oh bella doncella, no lloréis más. ¿Es a Gilgamesh a quien lloráis? -
La presencia de Anub, la madre de todos la dejó asombrada

Vuestros lamentos, mi sueño ha perturbado
Y mi descanso vuestro llanto ha agitado
Vos queréis a vuestro héroe, dulce doncella.
Yo no os lo puedo dar, pero su semilla os puedo regalar
Dentro de 40 noches más, vuestro amado y yo tendremos una criatura
Vos lo cuidaréis y lo amaréis, vuestro será nuestro retoño
Y vuestra será la obligación de convertirlo en un héroe como su padre.

La doncella se regocijó, durante las 40 noches estuvo rezando a la Luna
y en el último día, a medianoche, la criatura se reunió con la mujer
La ciudad de Hareb recuperó su luz y su esperanza
Nadie supo nunca por qué. la diosa y la doncella mantuvieron el secreto
y nadie llegó a saber que Gilgamesh volvía a estar en las calles de Hareb.


AUTORÍA
TABLILLA I
NESRIN
TABLILLA II
MARIA
TABLILLA III
JEFFRY
TABLILLA IV
JORDI
TABLILLA V
YOHANA
TABLILLA VI
RUTH
TABLILLA VII
BERTA
TABLILLA VIII
ESTEL
TABLILLA IX
LLUIS